"No hacen falta los milagros para pasar por encima de un segundo..."
Cada momento que enfrentamos de la vida que nos parezca insalvable se hace razonable detenernos a considerar que todo ocurre en el presente, que cualquier cosa que nos acontece nos pasa en el ahora y que cualquier otro pensamiento que traigamos del ayer o que proyectemos a un futuro sigue ocurriendo en el ahora, así que por más viejo que nos parezca el recuerdo, o por más futurista que sea la imagen que estemos proyectando del mañana, todo lo vivimos en el presente y nos altera el hoy, no opera en otro tiempo.
La vida está llena de múltiples posibilidades y dentro de cada posibilidad un abanico infinito de más posibilidades; el simple hecho de existir viene de una posibilidad que pudo darse de muchas formas, pero que se dio de la forma como se dio y hoy por eso estamos aquí, siendo únicos e irrepetibles, ni más ni menos, solo distintos a los demás…Reconocerse como especial más allá del cliché, es vital para el sano desarrollo de cada uno de nosotros, entender el poder que reside en uno, facilita el empoderamiento para salir adelante cada día.
¿Qué debemos superar de la vida
que no sea solo un segundo?
Si toda la vida está compuesta de presente y si podemos salir adelante del segundo y el minuto sigue, de la hora que continua, estaremos pronto en un nuevo presente que hemos construido sin temor a tener que recurrir a los milagros para sobrellevarlo, ya veremos que el milagro de la existencia opera sin que nos demos cuenta.
Atender la vida en presencia, siendo conscientes de lo que nos está ocurriendo, como circunstancia y el reconocer, qué del momento que estamos viviendo lo estamos creando nosotros, nos permitirá empoderarnos de nuestra vida y así asumir la responsabilidad que tenemos de toda interpretación que hacemos del ahora.
El reto es reconocer que nuestra mente estará intentando apoyarse en el pasado y en proyecciones hacia el futuro y no está mal como mecanismo de defensa, no los primeros pensamientos, pero dejar que la mente se apodere de múltiples escenarios imaginando todas las posibilidades que generalmente no nos son favorables, o se quede en un modo de rumiar interiormente nos puede conducir al dolor, no nos ayuda y estas acciones han de ser contenidas, ya que no nos permiten experimentar en tiempo presente lo que acontece.
No debemos olvidar que el estado de nuestra vida es reflejo del estado de nuestra mente, por ende enfrentar cada segundo con la actitud acorde a nuestro deseo, con una mayor conciencia del todo, nos permitirá controlar los resultados, no solo los evidentes sino aquellos que se mueven a lo interno alterando incluso nuestra salud física, para mal o para bien.
Enfoquémonos en lo que deseamos que ocurra, pongamos nuestra atención en el resultado que deseamos, en amor y responsabilidad, en mayor conciencia del presente, de este ahora irrepetible en el que acontece todo…, para así acercarnos más y más a ello, volviendo a tomar el control de nuestra nave, para rescatar la capitanía que nos corresponde…